Técnicas complementarias en tratamientos de Reproducción Asistida
Permite preservar la fertilidad y formar una familia en un futuro.
Es una alternativa que aumentó significativamente en los últimos años. Hoy, son cada vez más las mujeres que deciden retrasar su maternidad para compatibilizar el desarrollo profesional y el trabajo con la conformación de la familia. Lamentablemente la capacidad para concebir en la mujer va disminuyendo a medida que pasan los años y se dificulta el logro del embarazo.
Esta técnica, posibilita la planificación familiar y contribuye a que la mujer decida cuándo es el mejor momento para ser madre.
Se indica en pacientes que padecen enfermedades que requieren tratamientos médicos (radioterapia, quimioterapia, etc.) o quirúrgicos que pueden dañar irreversiblemente los ovarios, también en mujeres que realizan un tratamiento de reproducción asistida cuando tienen un excedente de ovocitos y en mujeres que deciden diferir la maternidad por razones sociales.
Es considerada todavía una técnica experimental ya que el número de niños nacidos en el mundo no alcanza aún para que sea una práctica de rutina. Sin embargo, los resultados son cada día más promisorios.
Requiere una estimulación de la ovulación, una aspiración folicular bajo anestesia y luego de una vitrificación de los ovocitos que se almacenan en nitrógeno líquido. Al descongelarlos (tasa de sobrevida del 90%) se realiza una técnica de ICSI para lograr la fertilización y el desarrollo embrionario. Luego se transfieren los embriones al útero y se realiza un test de embarazo a los 12 días.